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Patricia Beltrán

Profesora de danza

Publicado el 2 comentarios

Las 10 partes de la Rutina Oriental o Mejancé

Hay varios nombres para este estilo: rutina oriental, clásico oriental, mejancé o tema de presentación. Pero… ¿cómo es este estilo, cómo reconocer sus partes y cómo bailarlas?

Este tipo de canción parece un corta-pega de muchas canciones, ya que pasa por momentos súper diferentes entre sí y con niveles de energía muy distintos, así que parece un mix de otras canciones. Suelen ser largas para poder dar cabida a tanta variedad, normalmente entre 5 y 7 minutos.

Este estilo es un acierto a la hora de bailar una sola canción, ya que por su estructura tiene muchas diferentes partes de varios estilos. Así en lo que dura una canción podemos mostrar muchos registros diferentes. Por la misma razón al público le resulta amena y entretenida porque no se repiten partes y cada trocito es nuevo, así mantienen la atención.

Vamos a ver las partes que tienen. No siempre tienen todas las partes y no siempre están en el mismo orden, pero un esquema general sería:

1. Preámbulo

Es la entrada de la canción, es una melodía normalmente misteriosa y no tiene ritmo debajo. Crea expectativa en el público, porque es una parte que anuncia a la bailarina, pero todavía no se le ve.

Esta parte no se baila normalmente, a no ser que tengas una buena razón. Quiero decir, que se te haya ocurrido una idea estupenda para bailar en esta parte y entonces sí estés ya en el escenario.

La razón de no salir es principalmente crear expectativa, que es lo que trasmite esta parte, misterio, y buscar la atención del público que está mirando al escenario a ver cuándo sales. Como la parte de la introducción va a ser muy potente es el momento ideal para salir, con mucha fuerza. El preámbulo no tiene fuerza.

Además, creo que sirve también de respiro entre una bailarina y otra. Lo normal en los espectáculos de danza oriental es ver una bailarina tras otra, así que tener unos segundos más entre una y otra dejan descansar y hacen que la gente sienta ganas de ver la próxima. Si empieza la canción y ya estamos sobre el escenario, ya no hay misterio, ni sorpresa, ni expectativa, ya te están viendo directamente. El salir más tarde que la música sí guarda la sorpresa de cómo será la bailarina, qué traje llevará, etc… Así que, teniendo en cuenta todo esto, lo más acertado es esperar y salir más tarde.

Cuando has bailado muchas canciones de este estilo, hay que variar también, así que yo he utilizado en varias ocasiones el preámbulo para estar ya en el escenario. Te voy a contar dos ejemplos, para que veas cómo lo he ideado:

  • En una de mis coreografías hace años, se me ocurrió estar durante el preámbulo ya en el escenario, pero tumbada en un diván. Así que mi marido me fabricó uno, y mi madre que es una artista de las manualidades lo decoró y le creó unos cojines preciosos, todo en color granate y dorado. Entonces yo estaba tumbada de medio lado y empezaba el preámbulo, yo hacía movimientos con el brazo que tenía arriba, después me sentaba y movía los dos, y finalmente me levantaba y seguía con flor de loto para terminar de espaldas. Quedaba muy original y como el diván era precioso gustó mucho. Sí te digo también, que pesaba muuuuucho y cada vez que tenía que bailar esta coreografía, había que llevarlo hasta el teatro, colocarlo y sacarlo al terminar, así que era un poco incómodo.
  • El otro ejemplo es una coreografía de grupo. Era una canción cuyo preámbulo me parecía que contaba una historia como de magia, así que me inspiré en esa idea para toda la coreografía. Una de las chicas iba vestida diferente y era la “maga”. J  Utilizamos el diván en esta ocasión también porque la idea es que estuvieran dos chicas sentadas, como si fueran estatuas, tapadas con un velo. Entonces la maga hacía unos movimientos y dirigiéndose a ellas hacía gestos de estar hechizándoles, así que se despertaban y bailaban. Más tarde salían el resto de bailarinas y durante toda la canción se mantenía la idea de que la “maga” les hechizaba y daba vida a unas sí y a otras no, y también hacía que sucedieran cosas mágicas durante la coreografía.

2. Sólo ritmo

La parte que conecta el preámbulo y la introducción es una parte de solo ritmo, que suele ser con ritmo rápido, de dos tiempos, normalmente es malfuf. Se hace uno o dos ciclos; un ciclo son 4 compases, así que puede ser 4 u 8 compases.

Esta parte ya dice al público que esté atento que empieza de verdad la canción. Y aquí podemos elegir si salir o si esperar. Si hay 2 ciclos, podemos dejar el primero y en el segundo aparecer. Puede ser dar unos pasitos para estar ya visibles cuando empieza lo interesante, que es la introducción.

Como idea, yo lo he usado alguna vez para salir andando con el velo delante, tapándome y justo en el final lo echo para atrás y ya empiezo a bailar la introducción.

3. Introducción

Aquí sí que empieza de verdad la canción, es la parte más animada, muy enérgica y potente. Continúa el ritmo rápido que acaba de sonar, y añade toda la orquesta al completo. Es decir, tenemos un ritmo muy potente y rápido más toda la fuerza que aporta el que estén sonando todos los instrumentos a la vez.

Aquí sí que tenemos que salir al escenario y además darlo todo. Lo que tenemos que hacer nosotras es bailar a la altura de lo que está sonando, con la misma intensidad. Esto se traduce en desplazamientos con avance rápido y giros, ocupando todo el escenario. Es la parte más intensa, así que no va a haber momento más ideal para recorrerlo entero que ésta.

Los pasos deben ser los que la danza oriental ha cogido de la danza clásica, paso a tres, arabescos y sobretodo, lo que no puede faltar, son los giros. Siempre quedan bien, aportan mucho dinamismo y nunca cansan.

Para dar más intensidad a nuestros movimientos podemos salir con velo para esta parte, y después al terminar tirarlo, para que cuando entra el 4/4 ya no lo tengamos. El velo agranda nuestra figura y hace más grandes nuestros movimientos, así que es ideal. El mismo papel nos harían unos abanicos de seda o unas alas de Isis.

4. Repite sólo ritmo e introducción

Hay muchas canciones que una vez termina la introducción, se queda sonando sólo el ritmo, igual que el número 2 y engancha otra vez con la introducción. Repite estas dos partes. En Egipto, las bailarinas no bailan la primera y salen en la segunda introducción. Esto da un respiro al público y sobre todo a la bailarina, que en su show baila muchas canciones seguidas, así que utiliza este minuto y algo para cambiarse de traje o respirar antes de volver a salir. Se estila allá de esta manera, así que son necesarias estas pausas.

Aquí sin embargo estamos en otro entorno y si dejas sonar la primera introducción y hasta la segunda no sales, ha pasado entre un minuto y medio y dos, y lo que piensa el público es que la bailarina no está lista, no se ha enterado de que le toca salir, o peor aún… que no se atreve.  Te lo cuento porque hace años organizaba festivales en mi ciudad y en más de una ocasión he traído a bailarinas que bailan en Egipto. Ellas bailan las rutinas de esta manera y al terminar mucha gente me decía a ver qué le había pasado para salir tan tarde.

Cuando quiero coreografiar una rutina que tenga repetida la introducción lo que hago es cortarla para quedarme sólo con una y así no dejo tanta canción vacía.  Si tuviera que bailar en Egipto ya sería otra cosa y habría que adaptarnos a su manera.

5. Parte 4/4

Aquí es donde cambia el ritmo, pasa a ser de 4/4 (masmoudi sagir, saidi o maksoum) y ya tenemos que pararnos en mitad del escenario y bailar dirigiéndonos al público. En la introducción hemos estado tan entretenidas moviéndonos por todo que no hemos hecho caso apenas al público, así que ahora tocar mirarles y bailar de verdad para la gente. Debe ser una parte mucho más cercana y al empezar por fin un 4/4 los pasos que tenemos que hacer son los propios de la danza oriental. Todos los pasos que hay están pensados para ritmos de 4/4, así que cuando hay ritmos cortos o largos tenemos que buscar la manera de encajar lo que sabemos para que encaje bien. En esta parte no tenemos problema, podemos disfrutar de todos los pasos, es una parte más fácil para bailar.

Lo que sí es importante es hacer drops justo cuando empieza esta parte. Cuando una canción (aunque no sea de este estilo) pasa un rato con ritmos cortos o largos y de pronto empieza el 4/4 lo mejor que podemos hacer y más acertado son los drops. Además, el público árabe es lo que espera.

Lo que sí tenemos que hacer es trabajar para tener muchas variaciones de drops, para no hacer siempre el básico. Como ideas puedes combinarlo con africanos, ondulaciones de columna y pecho… También puedes preparar varios, acorde con el ritmo en concreto que sea y marcar bien los dums que tenga: por ejemplo, si es masmouki sagir o báladi, empieza con dos dums, así que podemos bajar la cadera dos veces para que quede muy acorde con la música.

6. Taksim

Un taksim es una improvisación de un instrumento. En esta parte los instrumentos que hacen el ritmo, lo marcan un poco menos para que resalte y se luzca el que hace el taksim. Es muy común que el ritmo que hay de base para esto sea chiftetelli. Y por encima, por ejemplo, el nay, haría su solo improvisando.

Como tal, nosotras también podemos dejar esa parte sin coreografiar e improvisarla también, bailando acorde con el instrumento que sea. Si por ejemplo es el nay, haríamos movimientos de brazos, muñecas y manos.

Esta parte de nuevo es muy diferente a las anteriores y tiene un nivel de energía mucho más calmado. Para poder seguir bien el taksim tenemos que bailar de forma más introspectiva, más hacia dentro, sintiendo y dibujando cada nota. Estaremos, por lo tanto, más quietas sobre el escenario y sin contacto con el público. Podemos dirigir la mirada a la parte del cuerpo que estemos moviendo y así enfatizar más y crear un conjunto más armonioso con todo nuestro cuerpo.

Lo ideal es trabajar bien con cada instrumento por separado para saber qué movimientos son los que mejor encajan con cada uno de ellos.

7. Folclore

Esta parte me encanta, de pronto la canción cambia de tercio una vez más para incluir un trocito folclórico. Lo normal es que sea saidi, pero también hay algunas con khalige. Incluso tengo una que tiene de la dos, ¡primero saidi y después khalige!

Para bailar esta parte, tenemos que hacer pasos del folclore que sea. Si es saidi por ejemplo, tenemos que saber pasos y combinaciones para saidi sin bastón, porque nos pilla en medio de la canción y no tenemos bastón.  Cuando estudies saidi, practica los movimientos con bastón, pero recuerda siempre trabajarlos sin él, que te vendrá bien para estas ocasiones.

Te voy a enseñar la canción con saidi y khalige; como es para un videoclip el trozo de saidi estamos con bastón y traje de saidi y para el khalige también tenemos túnica. Si estás sobre el escenario, no se puede hacer así, pero en esta ocasión ya que se podía, quise hacer cada cosa con su traje.

8. Acentos

En las canciones de mejancé suele haber muchos momentos de sólo acentos, que sirven de nexo entre distintas partes. Pueden ser con instrumentos de percusión o como pregunta respuesta entre percusión y otros instrumentos.

Aquí hay que tener mucha creatividad e imaginación, porque se suelen repetir en bloques de 4, así que tenemos 4 veces el mismo grupo de acentos y hay que buscar combinaciones y movimientos que encajen y que no se repitan mucho.

Como consejo para esta parte, trabaja distintos ángulos, no sólo de frente. Haz alguna cosa de perfil, de espaldas e incluso agachándote. También utiliza partes diferentes del cuerpo para no caer en la cadera siempre. Puedes usar rebotes de talones, pies, brazos, pecho, cabeza y pelo.

9. Percusión

Casi al final de la canción hay veces que incluyen un pequeño sólo de percusión, normalmente muy cortito. Aquí tenemos que bailar parecido a la parte de acentos, con movimientos que dibujen bien la música y cada nota.

Sobre todo, vienen bien las vibraciones y ejercicios de disociación para esta parte.

10. Final igual que la introducción

Y después de tanta variedad llega el final. Lo normal es que haya 4 u 8 compases del ritmo rápido del comienzo y ya entra la parte rápida y enérgica que era la introducción. Suele ser exactamente la misma melodía, pero en algunas ocasiones es algo diferente. El que sea justo la misma, tiene su función de cerrar ciclo, y así el público entiende que la canción va a terminar porque lo relaciona con el principio y lo reconoce.

Con la misma finalidad podemos bailar la coreografía igual que el principio, así la gente que mira cierra ciclo y entiende tu danza, su principio y su final. Cuando se ven muchas bailarinas solistas seguidas, a veces se pierde la referencia y así queda muy bien enmarcado.

Mismas características que al principio, muy potente y nosotras tenemos que bailar igual, recorriendo el escenario a modo de despedida en este caso. También podemos modificar la coreo y dedicar un desplazamiento para ir a la derecha y saludar al público de esa zona, después lo mismo a la izquierda y también puedes terminar haciéndolo en el centro. Así terminas la actuación muy elegantemente J

Para terminar, cobra aún más intensidad si cabe, entonces para terminar muy bien nuestra actuación podemos hacer unos cuantos giros desplazándonos una vez más y terminar con una pose potente en el centro del escenario.

¿Quieres aprender alguna coreografía de rutina oriental? Te doy varias opciones:

Cuéntame, ¿conocías todas las partes de una rutina?

2 comentarios en “Las 10 partes de la Rutina Oriental o Mejancé

  1. NurMayrit

    Hola! En general conocía más o menos las partes de una rutina oriental. Me ha parecido muy interesante la explicación de cómo se baila en Egipto y la diferencia con el público en España.

    1. Patricia Beltrán

      Qué bien que te haya servido, gracias!

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